sábado, 4 de diciembre de 2010

Prueba exclusiva pistola Baikal Viking MP-446: La “revolución rusa”

Fabricada por una de las empresa más destacables de Rusia, cuyos productos abarcan muy diferentes mercados además del de las armas, la Viking 446 es una derivación de la pistola que las Fuerzas Armadas Rusas adoptaron hace unos pocos años. Robusta, capaz y económica, se presenta como un arma válida para múltiples cometidos incluido el del tiro deportivo, por supuesto. Acaba de llegar a España y hoy vamos a presentársela en detalle.

Texto: Luis Pérez de León / Fotos: A. F. Pérez de León S. L.
* Este artículo incluye 32 imágenes con sus correspondientes comentarios en la edición impresa del número 325.
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Cuando recién desaparecida la Unión Soviética la ya industria rusa exponía sus productos en la feria IWA de Nuremberg, como un buen ejemplo, en sus stands podía verse una enorme variedad de todo tipo de armas. En el caso de las pistolas, el que ahora nos ocupa, se exponía una casi sorprendente cantidad de diferentes modelos; en unos se mantenían con gran fidelidad los diseños de armas clásicas y bien conocidas, como sucedía con los de las Tokarev o Makarov, a la vez que esos mismos eran evolucionados con distintas versiones que ivan desde la mayor capacidad de munición hasta su “reconversión” en armas detonadoras para alcanzar con ellas un importante mercado en varios países occidentales, hasta ese momento implanteables desde la situación política que había marcado la órbita soviética. Incluso las casi secretas PSM de la temida y poderosa KGB pasaban a ser perfectamente exportables.

Pero también en esa inusual oferta comenzaban a aparecer numerosos diseños que, con mayor o menor acierto, pretendían atraer el interés de los compradores de muchos países.  La Viking 446 es uno de los muchos modelos de armas fabricados por la Planta Mecánica de Izhevsk, una enorme empresa estatal que no sólo produce armas de todo tipo, sino que también se ha especializado en la elaboración de artículos dirigidos a muy diferentes sectores que abarcan desde los componentes electrónicos a las herramientas o los instrumentos médicos y quirúrgicos y en la que trabajan miles de empleados.

Una lógica y seguramente necesaria solución al planteamiento industrial establecido por el orden soviético durante muchas décadas.
En cualquier caso, esta gran compañía es mucho más conocida en todo el mundo por el nombre de Baikal y sus productos son hoy exportados a más de setenta países. Su experiencia en el ambiente de las armas es indiscutible, y se demuestra que están dispuestos a seguir evolucionando para alcanzar una cota de mercado internacional cada vez mayor. La mayoría de sus realizaciones siguen exhibiendo un acabado un tanto tosco -como por otra parte ha sido tradicional en la producción de la mayoría de los países del Este-, un rasgo que en cualquier caso se enfrenta a una innegable fiabilidad de funcionamiento y destacable robustez, circunstancias que se alían con la ventaja que supone ahora poder situar sus modelos a precios sólo equiparables a los de otros grandes productores situados geográficamente todavía más al Este, y por lo general aún bastante menos refinados desde la óptica occidental.

MP 443 “Grajo”: el antecedente

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Es casi obligado que para comentar este arma nos refiramos a su evidente predecesora, un diseño que supuso una indiscutible evolución desde la pistola que los militares “soviéticos” (y no sólo rusos), habían empleado desde poco después de la II Guerra Mundial. Esta era la Makarov, basada en buena medida en la Walther PP alemana, que disparaba un cartucho específico para también diferenciarse de los arsenales occidentales (el 9×18 PM), con lo que es fácil entender que tanto arma como munición hace mucho que habían quedado obsoletas y muy lejos de lo que desde hace ya años se debía entender como un arma de dotación reglamentaria en un ejército moderno.

Así, en 1993 comenzaron las pruebas para la selección de una nueva pistola que reemplazara a la veterana Makarov. El proyecto, designado con el nombre en clave “Grajo”, pretendía una pistola con mecanismo de doble acción, gran capacidad de munición, totalmente construida en acero y válida para adaptarse a los cartuchos 9×18 PM, 9×19 Parabellum y 7,62×25 TT, sin bien con posterioridad se decidió avanzar sólo hacia el más popular y extendido internacionalmente 9×19, y hemos de tener en cuenta que hablamos de la versión rusa denominada 7N21, sensiblemente más “caliente” que un Parabellum normal.
Varias armas participaron en aquellas evaluaciones hasta que fue elegida la diseñada por el ingeniero de la Planta Técnica de Izhevsk Vadlimir Yarigin, denominada como MP-443 “Grajo” por el fabricante y final y oficialmente adoptada como PYa (Pistolet Yarigyna). Desde hace ya unos años la PYa forma parte de la dotación reglamentaria de las fuerzas armadas, de las agencias gubernamentales y estamentos policiales de Rusia. Su principal diferencia con la Viking se encuentra en el armazón de acero, con 120 gramos más de peso.

 

446 “Viking”: la versión civil



La pistola que ilustra estas páginas nos fue remitida por su importador, la empresa Borchers S.A., de Guernica (Vizcaya), a la vez que nos informaba que también estaría en breve disponible otra versión “Sport”, con cañón levemente más largo.
La Viking se entrega dentro de una caja de cartón bastante endeble, y envuelta en un papel parafinado, muy al estilo tradicional de las armas rusas y bastante lejos de una mínima presentación “occidental” a la que ya estamos acostumbrados. La acompaña un cargador de repuesto y, en teoría un manual en ruso e inglés. Digo en teoría porque no estaba junto a la recibida, aunque sí nos confirmaron que debe estar.
El mecanismo está basado en el sistema Browning mejorado con corto retroceso del cañón, con el acerrojamiento formalizado por la unión que se consigue por la forma dada a la ventana de expulsión y a la zona que rodea a la recámara.

La corredera de acero forjado cuenta con mecanizados de buena realización (algo menos en su interior), y está acabada en negro azulado mate con un tratamiento superficial conseguido por chorro de arena.
Cuenta con unas muescas de armado en la zona trasera de sus costados (también en el frente en la versión militar), siendo curiosamente los del izquierdo aproximadamente un tercio en longitud que los del derecho; algo que no beneficia la comodidad para introducir la primera bala en la recámara, y menos aún con la más que notable resistencia que ofrece el muelle real (el que se relaciona con el martillo percutor), con lo que era casi aconsejable montar primero éste antes de intentar desplazar la corredera, lo que entonces se lograba sin mayor dificultad.

El aparato de puntería está compuesto por un alza de perfil muy bajo (de acero mecanizado), muy bien integrada y dispuesta en cola de milano -lo que nos permitirá corregir en lateralidad-, mientras que el punto de mira es una sola pieza con la corredera, sin ninguna posibilidad de regulación por tanto. Sólo limándolo podríamos conseguir que la pistola tirase más alto, como de hecho haríamos los tres tiradores que probamos la Viking (con impactos bajos y a la izquierda en todos los casos), aunque ello eliminaría en parte el punto blanco de contraste que en él se ha incluido y que se complementa con los del alza.

Destaca en la zona superior el extractor, situado en una posición totalmente vertical y que sirve además como indicador de cartucho en recámara. Ya comentamos que el interior de la corredera es más espartano y clásico, incluso sin ningún mecanismo de seguro automático de aguja percutora como ya casi es norma en la mayoría de las pistolas, aunque esta ausencia también puede entenderse como una ventaja a la hora de disponer de un disparador más suave y sin los roces parásitos que son casi inevitables con esas piezas.

 

Armazón plástico…por supuesto

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Otra característica que es asimismo cada vez más frecuente e incorporada a nuestra protagonista es que esta Baikal cuenta con un armazón fabricado con un polímero de alta resistencia, en el que se han previsto una serie de forma y rebajes para ofrecer un correcto empuñamiento (menos para las manos pequeñas), y que acoge en su interior a un bastidor de acero donde se integran las diferentes piezas que permiten el funcionamiento de la pistola. Por otra parte, el mecanismo de seguro se opera desde sendas pequeñas palancas dispuestas a ambos costados, que impiden el movimiento de gatillo y martillo percutor. Su accionamiento, con un poco de práctica, apenas obliga a un pequeño desempuñe, lo mismo que sucede al hacerlo sobre la palanca de retenida de la corredera.

Esta palanca o leva, como asimismo sucede en tantos diseños que emplean este tipo de mecanismo, tiene integrado el robusto eje que atraviesa la pieza que relaciona desde la zona inferior del cañón la posición de éste para el acerrojado. Nada negativo que comentar a la hora de desmontar o montar la pistola.
Una curiosidad es que la rampa de alimentación de la recámara es doble en el caso de la Viking, un rasgo más propio de algunos subfusiles y en todo caso relacionado por la disposición “paralela” de los cartuchos en el cargador.

También llama un tanto la atención el diámetro exterior del tubo por delante de la recámara, y cómo éste tiene un ligero ensanchamiento hacia y hasta su boca, sin duda para beneficiar el autocentrado tras cada tiro y con ello la precisión. Sin embargo, recordemos que la predecesora de la Viking debía funcionar con cartuchos de gran presión, lo que no creo se haya obviado en esta más moderna versión al plantear resistencia y durabilidad.

Y si antes hablábamos de curiosidades, nos vamos a detener brevemente en una pieza que casi pasa desapercibida en la práctica totalidad de las armas que probamos, pero que en esta rusa nos ha llamado poderosamente la atención. Se trata de la guía del muelle recuperador, una “simple” barra de acero en la que casi resulta increíble apreciar los muchos mecanizados que ha implicado su fabricación y con el único y comprensible objeto de reducir unos gramos (pocos) el peso.

 

Prueba de fuego: notable

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Pero al margen de antecedentes, características y curiosidades, lo que tantas veces termina siendo determinante para todos nosotros es saber cómo se comporta el arma frente al blanco y, si es posible, con varios tipos de munición.

En esta ocasión fueron 100 tiros: 50 Fiocchi blindados de 115 grains y otros tantos Remington del mismo tipo y peso. Los cargadores son robustos y están bien hechos, pero no son cómodos de llenar y esa disposición de las balas que antes comentamos implican unos labios finos y puntiagudos con los que hay que tener cierto cuidado.

La pistola pasó alternativamente por tres tiradores, y confirmamos que los tiros se quedan algo bajos, lo mismo que a todos nos parece que se confirma lo sorprendentemente bueno que es el gatillo, sobre todo en simple acción. A los pocos tiros, apuntando al 8 a las 2 las balas comienzan a repetirse en la zona central. De que la Viking agrupa no cabe duda.
Tampoco hemos dudado en achacarle algunos defectos a esta rusa recién llegada. Pero que nadie se equivoque: la pistola no tuvo un sólo fallo según salió de la caja y seguro que puede satisfacer a muchos, más aún teniendo en cuenta que su compra implica un desembolso del todo razonable. Es, en cualquier caso, otro ejemplo que demuestra la nueva “revolución rusa”. •


Ficha técnica

makarov• Origen: Rusia.
• Designación: Pistola 446 Viking.
• Fabricante: Baikal (Planta Mecánica de Izhevsk).
• Calibre: 9 x 19 mm Parabellum.
• Capacidad de carga: 18 cartuchos, cargadores doble hilera.
• Largo total: 198 mm.
• Largo del cañón: 112 mm.
• Peso en vacío: 830 gr.
• Importador: Borchers (Guernica).
• P.V.P.: 430 € Aprox. (Junio 2009).