lunes, 13 de diciembre de 2010

Los porteros de las discotecas deberán demostrar aptitudes psíquicas, físicas y examinarse

El Govern ya tiene un decreto que regula los servicios de admisión y control en las actividades de espectáculos públicos y recreativos - No podrán ejercer sin acreditación profesional




Concentración por Álvaro Ussía, fallecido en 2008 en Madrid por los golpes de unos porteros de discoteca. Bernardo Pérez/efe



13/12/2010
Del ´matón´ al profesional. Mallorca VIRGINIA EZA. PALMA Los porteros de discotecas de Balears deberán superar un curso oficial y aprobar un examen, acreditar con un certificado médico oficial que cuentan con las aptitudes y capacidades "físicas y psíquicas idóneas para el ejercicio" de su trabajo y estar inscritos en un registro oficial.

Estas son algunas de las cuestiones que se establecen en el decreto que ha preparado el Govern por el que se regulan "los servicios de admisión y control de ambiente interno en las actividades de espectáculos públicos y recreativas", pendiente ya de que acabe el período de alegaciones el 15 de diciembre y del dictamen del Consell Consultiu para su aprobación definitiva por el Ejecutivo balear.

No obstante, los que en la actualidad trabajan en este sector dispondrán hasta mayo de 2014 para superar los cursos, la prueba evaluadora y lograr la acreditación profesional, según consta en una disposición transitoria del decreto. El que agote este plazo, no podrá seguir ejerciendo como portero de discoteca o miembro de los servicios de admisión y control de espectáculos.

El texto elaborado por la conselleria de Interior regula incluso detalles como la vestimenta que deben llevar los porteros de discotecas y encargados del control en el interior del recinto, que deberá "permitir diferenciarlos claramente del resto de personal de la actividad y, especialmente, del servicio de seguridad privada y de las fuerzas y cuerpos de seguridad". Además, no podrán llevar "símbolos que inciten a la violencia, al racismo o a la xenofobia". Asimismo deberán estar "permanentemente" identificados con una tarjeta colocada sobre el pecho "de manera visible".

Los requisitos para acceder a la acreditación profesional son tener la mayoría de edad, carecer de antecedentes penales, contar con la nacionalidad española, de algún estado de la UE o el permiso de residencia y de trabajo, disponer de unos "conocimientos básicos" de catalán y castellano, superar el curso oficial y aprobar la prueba evaluadora, además de un certificado médico oficial que acredite que se dispone de las aptitudes y capacidades físicas y psíquicas adecuadas.

Para presentarse a la prueba evaluadora, los aspirantes deben superar el curso oficial, que incluirá "materias técnicas, jurídicas, de psicología y sanitarias", con un mínimo de 40 horas de duración, de las que al menos 30 horas corresponderán a las "materias troncales" que incluye el decreto. Así, las materias jurídicas ocuparán al menos diez horas lectivas y se centrarán en los derechos y deberes fundamentales que contempla la Constitución, la legislación sobre espectáculos públicos y el derecho de admisión y las autoridades competentes.

A ellos se sumarán nociones básicas sobre "delitos contra las libertades, detenciones ilegales, homicidios, lesiones, amenazas y coacciones, legítima defensa y omisión del deber de socorro, tenencia de armas en locales de concurrencia pública, salud pública, drogodependencias y tráfico de drogas".

Las materias de psicología que se impartirán en los cursos se referirán a las relaciones con el público y con las fuerzas de seguridad, con aspectos como el autocontrol, el pánico, el estrés y el comportamiento en una situación de peligro o de riesgos colectivos. Además, se incluirá el aprendizaje de "métodos no violentos para resolver conflictos", así como el reconocimiento de los perfiles de conducta de las personas, en especial cuando se encuentran bajo los efectos del alcohol o de estupefacientes.

Los aspirantes a porteros de discotecas o espectáculos públicos deberán aprender nociones básicas sobre instalaciones de seguridad contra incendios y otros riesgos, además de conceptos básicos de primeros auxilios y asistencia sanitaria inmediata, así como intervenciones ante el consumo de alcohol, drogas, agresiones sexuales y violencia de género. A ello se sumarán un mínimo de cinco horas lectivas de prácticas, con simulaciones de situaciones para "valorar la eficacia y el comportamiento de los aspirantes", además del manejo de medios contra incendios y la práctica de primeros auxilios.

Para superar el curso, será necesaria una asistencia mínima obligatoria del 80 por ciento de las clases teóricas y de la totalidad de las horas dedicadas a la práctica. Entonces podrán presentarse a la prueba de evaluación, que las "administraciones competentes" convocarán al menos una vez al año, y una vez aprobada lograr la acreditación profesional sin la cual no podrán ejercer este trabajo.

De este modo, según fuentes de la Conselleria, quienes se dediquen a este sector contarán con una preparación mínima básica. Además, la tarjeta de identificación que expedirá la administración tendrá una vigencia de ocho años, renovable por el mismo período siempre que se acredite que se mantiene sin antecedentes penales y conserva la aptitudes físicas y psíquicas, además de la nacionalidad o el permiso de residencia y de trabajo.
FuncionesLas funciones de los porteros y de los encargados del control en discotecas y espacios de espectáculos públicos y recreativos serán, según establece el decreto previsto por el Govern, los de regular la entrada de personas, velar por el cumplimiento de la normativa de menores en cuanto al acceso y al consumo de alcohol, para lo que podrán pedir el DNI u otro documento acreditativo, facilitar el acceso a discapacitados o auxiliar a quienes necesiten asistencia y, si es necesario, comunicar con el teléfono de emergencias 112. Además, deben impedir el acceso a quienes no cumplan las condiciones de admisión o invitarles a abandonar el recinto, requiriendo si es necesario la intervención del servicio de vigilancia del establecimiento y, si este no existe, de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Asimismo deberán controlar que no se excede la capacidad máxima de asistentes permitida, facilitar las hojas de reclamaciones a los usuarios que la soliciten, colaborar con los inspectores públicos, controlar el buen funcionamiento de las zonas reservadas o VIP y no permitir el tráfico ni el consumo de estupefacientes, informando si lo detectan al servicio de vigilancia del establecimiento o a las fuerzas de seguridad.



fuente
: http://www.diariodemallorca.es/