sábado, 4 de diciembre de 2010

Fusiles militares Barrett: Los otros Barrett

En ARMAS nº 318 les ofrecíamos en exclusiva internacional la presentación de un nuevo rifle de precisión de la firma estadounidense Barrett Manufacturing: el modelo 98B.  Pero las novedades que tienen como referencia a esa empresa, que cada vez con más fuerza ha ido colocando sus productos en diversos ámbitos militares y policiales, no acaban ahí y se centran ahora en España.

Texto:  Octavio Díez Cámara / Fotos: autor, salvo indicadas
Hace sólo unas semanas, visitando la Brigada de Infantería de Marina (BRIMAR), conocíamos que iban mejorar su dotación de fusiles de precisión del 12,70 x 99mm, el conocido .50 Browning. Ellos, ya desde la década pasada y siguiendo lo que en su día hizo el Ejército de Tierra Español, comenzaron a dotar a algunas de sus unidades con un material especialmente potente: el fusil M95 de accionamiento por cerrojo. Lo recibieron en la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) y en las Secciones de Reconocimiento (SERECO) de los Batallones nº 1 y nº 2, que tienen encomendadas tareas que implican el despliegue de especialistas en tiro de precisión.

Renovar capacidades

barrett-30-odc.jpg

Ahondando en la primicia, en relación con la obtención del mejor rendimiento con el empleo de armas del calibre .50. El protagonista no ha sido el rifle de cerrojo que poseían, sino su “hermano mayor”, el modelo M82A1 que es más largo y semiautomático, lo que permite realizar disparos de forma más rápida y sin perder un ápice la precisión, un detalle que lo convierte en un conjunto más eficaz, operativo y multipropósito. Además, han trabajado con el sistema BORS (Barrett Optical Ranging System), una “dirección de tiro” para facilitar el empleo de este tipo de armas potentes y de gran precisión.

Ese diseño en cuestión ha sido seleccionado por ahora para las SERECO de la Infantería de Marina, y posiblemente lo será para la UOE para ampliar sus actuales capacidades. Siguen la línea ya iniciada en el último año por el Ejército del Aire, que se decantó también por la serie M82 para ampliar el arsenal de algunas de sus unidades: Escuadrones de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) de Zaragoza y Morón -éste en pleno proceso de constitución-, y el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC). Alguno de estos rifles podría figurar también entre los que están a disposición de quienes trabajan para “la casa”, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

En el Ejército de Tierra no parece que hayan iniciado ese proceso, aunque sería lo más natural después de una década comprando los M95 y, aparentemente, en una fase muy próxima a finalizar su último contrato al respecto. Si los recortes económicos no influyen en ello, lo más probable es que pronto comencemos a ver cómo los Barrett semiautomáticos llegan también a algunas unidades militares terrestres. A día de hoy los rifles del 12,70 x 99mm tienen una distribución amplia en usuarios, pero limitada en número, pues su uso se ha previsto complementario al de otros sistemas. A medio plazo podría ser favorable el hecho de que su difusión fuese aún mayor. Reforzando esa aseveración hay que tener en cuenta que el coste de compra es económico respecto a otros sistemas y sus municiones también, logrando un ratio de eficiencia y rentabilidad que puede ser su mejor baza de cara a su éxito futuro.

Sería óptimo que estas armas estuviesen acompañadas de diversos complementos que las hagan más eficaces: supresor sónico, un “kit” para el tirador que contenga los útiles indispensables para su trabajo y que ahora no tienen -cartilla de tiro de “sniper”, anemómetro, traje “guillie”, visores de observación, etc.-; una actualización de los módulos de tiro nocturno SIMRAD -su nueva versión tienen más del doble de resolución y ganancia “autogating”, contando con el mejor tubo disponible fuera de los EE.UU.: el Dep Photonics XR-5 de 62-82ln/pr-, o el sistema de cálculo BORS, del que próximamente les vamos a ofrecer un reportaje exclusivo de su potencial y prestaciones.

Mientas acontece esa previsión (que no debería retrasarse en lo más mínimo pues quienes están actuando en Afganistán y podrían beneficiarse de sus prestaciones sobresalientes como sistema antimaterial y antipersonal), lo que sí está pasando es que el número de países que contratan algún modelo con Barrett se amplía casi de forma exponencial. Hemos indagado sobre su número real y, sin haber obtenido datos concretos, podemos señalar que son más de cuarenta las naciones -Argentina, Israel, Méjico, Suecia, Grecia, Italia,…- que lo tienen en uso en fuerzas militares y/o policiales, número que crecería si se tiene en cuenta que en algunos países lo usan varias ramas de las Fuerzas Armadas. En Estados Unidos, por ejemplo, disponen de ellos el Ejército, la Marina, el Cuerpo de Marines, la Fuerza Aérea, el Servicio de Guardacostas (USCG, United States Coast Guard), el Departamento de “Homeland Security” y equipos SWAT (Special Weapons and Tactics) como el del Departamento de Policía de Los Angeles, por citar una de las muchas agencias policiales que se han decantado por sus servicios.

El por qué estos rifles tienen una aceptación tan amplia se sustenta en varios factores. Uno de los más positivos es el que se refiere a la lógica evolución del producto. Su diseñador es Ronnie Barrett, un entusiasta tirador que comenzó sus investigaciones en rifles del .50 Browning en el garaje de su casa. Aquellos trabajos, que se remontan a 1982, tuvieron lugar hace más de un cuarto de siglo y los cambios entre los prototipos entonces valorados y lo que finalmente se puso en producción son más que obvios observando detenidamente algunas de las imágenes que acompañan estas páginas.

Las evaluaciones iniciales de lo que no era más que un modelo conceptual pensado para disparar municiones del 12,7 derivaron pronto en un prototipo, el modelo M82, que ofrecía potencia de fuego y una aceptable precisión, pues había sido concebido más para satisfacer las necesidades de tiradores deportivos que de profesionales.

Potencia semiautomática

barrett-28-odc.jpg

Sus cualidades quedaron pronto claras. Se comenzó a promocionarlo en diversos entornos y, como suele ser habitual en algunos desarrollos modernos, los primeros militares interesados en adquirirlo en gran escala no fueron los del país donde surgió, sino en Suecia en este caso. Su pedido, que se concretó en 1989, vino a corroborar la calidad de un diseño que hasta aquel entonces sólo había sido vendido en un número reducido. Sabemos que competidores suyos eran armas de Robar y McMillan disparando el mismo tipo de munición.
El ataque de los iraquíes a Kuwait propició dos operaciones militares. La primera fue “Escudo del Desierto”, en 1990, y la segunda “Tormenta del Desierto”, en 1991. En los preparativos de esta última, que implicó el traslado de cientos de miles de hombres a Arabia Saudita y de una ingente cantidad de armamento y material, comenzaron a valorarse sistemas que podían tener su aplicación en una hipotética lucha.

Al iniciarse las hostilidades, que permitieron sacar a los iraquíes de Kuwait y ocupar una buena franja de Iraq para la “seguridad” de los vecinos, se pudieron validar en distintas misiones y cometidos armas que nunca antes habían entrado en combate dentro de un conflicto convencional de gran magnitud. Una de las “historias” que circularon después de aquel enfrentamiento se refería a un equipo de tiradores estadounidense que, provistos con un rifle Barrett, habían detenido a toda una columna de blindados iraquíes; realizaron varios impactos sobre el primero, que comenzó a arder, y los “efectos colaterales” se transmitieron al resto, puesto que las tripulaciones y quienes viajaban en los vehículos oruga BMP-1 los abandonaron y huyeron despavoridos del lugar.

Aquella noticia, que fue “hábilmente” difundida por quienes se encargan del “tratamiento de la información” con fines propagandísticos, tuvo sus efectos positivos, pues muy pronto otros ejércitos y agencias gubernamentales se interesaron por ese arma. Las ventas se fueron concretando, primero limitadamente y después de forma cada vez más amplia. Las solicitudes de los M82A1 -se le dio la designación del año en que se diseñó- crecieron, y así lo hizo Barrett Manufacturing, firma que tiene su sede en Murfreesboro (Tennessee).

Las entregas de la versión semiautomática fueron notables durante toda la década pasada y continúan aún a buen ritmo, con lo que la fábrica se ha ampliado en los últimos años y las investigaciones sobre nuevos desarrollos también. De los M82A1 podemos señalar que su concepto general es bastante clásico y que, en origen, la versión civil sin complementos cuesta cerca de nueve mil dólares. Ambas variantes, la civil y la militar, son prácticamente iguales pero, según hemos podido saber, difieren en pequeños detalles que para el mercado deportivo no son relevantes y sí para aquellos que van a disparar miles de cartuchos, muchas veces en condiciones extremas. Por ese motivo, Barrett enfoca algunos detalles de los modelos civiles hacia la precisión extrema, para la durabilidad en el combate en los militares.

Según Barrett, más de 5.000 de estos fusiles han sido fabricados hasta la fecha, número al que hay que añadir recientes contratos, como el de más M107 -la designación “yanqui”- para el USCG o los M82A1 con BORS para Jordania.
En este modelo encontramos una concepción muy militar, con todos sus elementos realizados en chapa de acero que confiere una notable robustez al conjunto para el trabajo en condiciones duras. Aparentemente, la ergonomía no es su fuerte, aunque, apoyado con el bípode o en algún otro objeto, puede sujetarse bien para apuntar con precisión.

Destaca el cañón de 29 pulgadas -74 cm- que incluye la versión normal, coronado en su boca por un impresionante freno de boca de dos etapas en cada costado para reducir la relevación y el retroceso innatos al cartucho disparado, lo que según el fabricante consigue con una efectividad próxima al 70%. Con el anterior, se consiguen velocidades iniciales de 853 m/s cuando se emplean cartuchos con proyectiles de 660 grains -42,8 gr-; opcionalmente, puede seleccionarse otra con un cañón que mide sólo 20 pulgadas.
El arma pesa unos 14 kg en su versión normal, masa a la que habría que añadir los accesorios, complementos y el cargador, que alcanza lleno un kilo adicional. Según el manual, mide 145 cm y puede descomponerse con facilidad, retirando unos pasadores, en dos partes, la mayor de 96,5 cm. Su masa y dimensiones hacen que no sea especialmente cómodo moverlo.

El cargador es especialmente robusto y tiene capacidad para 10 cartuchos, con un nuevo tratamiento que mejora el movimiento de la munición en su interior y evita interrupciones. El tirador, selecciona con una pequeña palanca que permite activar el modo de seguro o el tiro semiautomático. El pistolete, copiado del M16, se sujeta bien y para casos de emergencia incluye elementos de puntería mectálicos en los que se ha puesto una especial atención para que permitan su empleo eficaz en condiciones reales. De hecho, las miras abiertas permiten alcanzar sin problemas una silueta humana a 600 metros y un vehículo a casi 1.000.
Se suministra, para favorecer su transporte, con un maletín semirrígido estanco de la mejor calidad -firmas Hardigg o Pelican-, que permite llevarlo desmontado. El conjunto básico incluye un cargador y un “kit” de limpieza.

En las últimas variantes ha aparecido un raíl M1913, tipo “Picatinny”, sobre el cajón de mecanismos y el guardamanos, para poder situar distintos visores de puntería diurnos y/o nocturnos. La primera versión tenía una pulgada de altura, tamaño que ha disminuido en los que ahora se producen. También se han podido ver versiones con distintos camuflajes que hacen más discreto su empleo en ambientes específicos. El conjunto es fácilmente desmontable en tres componentes básicos al retirar unos pasadores y puede volver a montarse en menos de un minuto. El visor, solidario al “upper receiver” no ve alterada su regulación previa.
El diseñador ha trabajado sobre el concepto clásico para dar lugar a un sistema mucho más preciso. Las mejoras en el conjunto de disparo y el cañón, acanalado en toda su longitud para reducir peso y ayudar a la refrigeración, pues el roce de los proyectiles al pasar por sus estrías, que tienen un paso de 1:15, es tremendo y se genera mucho calor, así como la posibilidad de usar ahora cartuchos específicamente desarrollados, permiten conseguir agrupaciones del orden de 1,5 MOA (Minute of Angle), una precisión muy notable que se mantiene constante en un ratio de varios cientos de metros. La aparición de municiones como las Nammo MP -multipropósito- y SG -inerte- ha mejorado de forma sustancial ese ratio, sobre todo si lo comparamos con los IMI M33, estos últimos israelíes, de prestaciones muy inferiores a los noruegos. Así, este sistema puede evolucionar desde el concepto antimaterial y podría cumplimentar, sin problemas, misiones antipersonal cuando el objetivo esté especialmente lejano o protegido con elementos de blindaje propios o externos.

Su distancia óptima de empleo se sitúa en torno al kilómetro, aunque su “poder” permite usarlo sin problemas contra blancos situados hasta dos. En campaña es fácil de mantener y se muestra extraordinariamente fiable, lo que, añadido a su robustez, es algo que bien valoran quienes trabajan en el entorno militar. Además de ese uso, nos consta que departamentos policiales también lo han incorporado para batir amenazas concretas o emplearlo para neutralizar los motores de aviones o naves. Hace unos años, con motivo de la ceremonia de entrega de los premios Oscar, vimos a agentes del SWAT de Los Angeles con él mientras cubrían el acto desde varios edificios altos de la zona.

Capacidad de fuego

barrett-13-archivo-autor.jpg

Fue en la década pasada cuando se conoció otra noticia curiosa de la que no se pudo comprobar su veracidad. Hacía referencia al empleo, en el Conflicto que asoló los Balcanes, de los Barrett por los kosovares para frenar el ímpetu de los serbios. Por lo que se difundió -en algunas fuentes se comentaba que los habían adquirido individualmente en “gun shows” estadounidenses y sacados ilegalmente del país-, tuvieron un notable efecto psicológico con sus precisos disparos sobre vehículos, sistemas de armas y hasta grupos de militares de alto rango. También lo tuvo un terrorista del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que usó una de estas armas, por lo que parece robada al Ejército británico, contra fuerzas policiales y de seguridad británicas e irlandesas.

Alejado de cualquier “historia” de uso marginal, que puede tener más de novelada que de real y es difícil de valorar en sus efectos reales, lo que sí puede medirse es la difusión que los Barrett han alcanzado. A mediados de la pasada década comenzó a promocionarse el M95, un concepto de funcionamiento manual por cerrojo que, en principio, buscaba más precisión y más confort en el tránsito con él por zonas abruptas o durante largos recorridos.

Las cualidades de este rifle, que entre otras naciones fue adquirido por España para las tres ramas de sus Fuerzas Armadas -aquí se conoce como M95SP, por Spain-, se centran en su concepción sencilla y sus propias características morfológicas. Se han construido alrededor de una acción de cerrojo que, sin ser tan suave como otras armas pensadas para el tiro de precisión, se maneja bien y permite una rápida razonablemente rápida secuencia de disparo. Los cartuchos se sitúan en un cargador en el que caben sólo cinco, pero ello consigue dar al conjunto unas dimensiones más compactas.

En cuanto a la capacidad de fuego, señalar que el cañón es idéntico en longitud al de los M82A1, por lo que se prevé que su precisión y potencial sean muy parejos. A mejorar la primera de las anteriores podría ayudar el hecho de que sus mecanismos, más sencillos en cuanto a concepción y mantenimiento -mejorando fiabilidad y labores de entretenimiento-, podrían apoyar que sus prestaciones fuesen algo menores que otros modelos del mismo fabricante.

Lo que destaca más es el diseño “bullpup” en el que se ha eliminado la culata. De esta forma, conservando una cantonera que se apoya bien en el hombro y ayuda a amortiguar los efectos del retroceso, se consigue una menor longitud total, 114,3 cm en el caso que nos ocupa. El peso es de 10,6 kg. Algunas partes de este diseño, como las de otros Barrett, han sido “obtenidas” de otras armas: el bípode de las ametralladoras medias M60 y el pistolete y el selector del fusil M16.

En este modelo hay que resaltar una robustez general muy notable, con buena parte de sus componentes realizados en una gruesa chapa de acero. A esa cualidad positiva hay que añadir otra, y es que en origen su coste es un 30% inferior a la versión semiautomática; poco más de seis mil dólares la versión civil sin accesorios.

Incluye un raíl superior de 28,5 cm solidario a la carcasa que protege a los mecanismos y actúa de guardamanos, por lo que fijar los elementos de puntería es rápido y fácil. Todo en el M95 ha sido pensado para favorecer las labores de mantenimiento y que pueda estar siempre al 100% operativo. Al ser más compacto que su “hermano mayor” no cabe desmontarlo para favorecer su transporte, aunque ello puede hacerse con suma facilidad tras retirar dos pasadores que unen la parte superior y la inferior. Un tercer elemento básico sería el bloque del cierre, conjunto al que cabría añadir el cargador y un soporte trasero que ayuda a estabilizarlo en posición de tiro.

Sobre la base de este diseño profesional ha surgido uno más destinado al mercado civil: el M99. Es un arma con una apariencia exterior que lo asemeja notablemente al M95. Su diseño está más enfocado al tiro de competición, por lo que sus elementos son totalmente diferentes. En este caso, está realizado en una extrusión de aluminio con el cañón embutido en la misma, para que no se pueda retirar sin una prensa y utillaje especial; el cerrojo es multitetón a 60º y el “Picatinny” forma parte integral de la carcasa de aluminio.


barrett-01-odc.jpg

Carece de cargador y los cartuchos se alimentan manualmente, de uno en uno. Para responder mejor a los requisitos de ese potencial grupo de clientes, se ofrece en tres versiones distintas que varían en la longitud de su cañón, siendo de 32″ el más largo.
Además de los anteriores hemos podido conocer algunos desarrollos impulsados por Chris, el hijo de Ronnie. Una de esas propuestas interesantes se mostró en el simposio de armas ligeras NDIA de 2006. Lo que allí se presentó era el XM500, rifle que combinaba rasgos de otros del mismo fabricante. Tomaron el carácter semiautomático del M82A1 y lo combinaron con el diseño “bullpup” del M95 y lograron un sistema compacto y con gran potencia de fuego. De los cambios de concepto hay que señalar una significativa reducción de la longitud total e importante en el peso. No tenemos constancia de que lo hayan puesto en producción o haya clientes que lo hayan seleccionado hasta el momento.

Otra propuesta “experimental” de la que hemos recabado información hacía referencia al cambio en cuanto a la munición, pues se había pensado en una de 25 mm. Seguramente, se trataría más de una “evolución” de futuro con un cometido concreto y asociado a los desarrollos surgidos en los últimos años en torno al programa OCSW (Objective Crew Served Weapon) estadounidense. Buscarían compatibilizar cartuchos entre distintos sistemas de armas, logrando así que los trenes de abastecimiento fuesen comunes y logísticamente más sencillos. Con el cambio se conseguirían prestaciones mucho mejores que las actuales, lo que es posible que se concrete a lo largo de la próxima década.

Futuro esperanzador

Los diferentes modelos de rifles Barrett del calibre .50 Browning Machine Gun (BMG), ó 12,7 x 99 mm, como lo denominamos en Europa, reúnen muy amplias y válidas prestaciones para uso militar y otras más concretas para el policial.
En todo caso, destacan por su concepción y fabricación sencilla, fiable y robusta, y por el muy importante hecho de que son fáciles de usar y mantener. Tienen un uso muy concreto para cometidos más antimaterial que antipersonal, pero incluso son empleados por tiradores deportivos que compiten en concursos sobre blancos a casi 2.000 metros, y hasta hemos visto videos en los que cazadores los utilizaban contra alces y animales similares situados a más de un kilómetro de distancia.
Para acabar, señalaremos que estas armas son especialmente válidas para las necesidades de los militares españoles y encontramos acertado que se escogieran, ya hace unos años, el modelo M95. La más reciente decisión sobre la compra de los M82A1 nos parece muy correcta. Su llegada a las unidades añadirá una capacidad adicional que puede serles especialmente válida en todo tipo de cometidos, desde una función “antilancha” para quienes ahora patrullan por Somalia luchando contra los piratas, hasta aquella inherente a la neutralización de artefactos explosivos improvisados (IED, Improvised Explosive Device) que puedan amenazar la seguridad de las tropas desplegadas en territorio afgano. Por cierto, el importador exclusivo para España es la firma NORTECH. •

Imágenes