lunes, 22 de noviembre de 2010

AR-15/M16 “Black Rifle”: El rifle más deseado más de medio siglo después

Quienes sigan ARMAS desde hace tiempo sabrán de la predilección que quien estas líneas escribe tiene por el diseño del fusil AR-15/M16. Es más, pienso que sigue siendo el referente dentro de los de su tipo. Se trata del “Black Rifle” –“rifle negro”, por el aspecto de sus versiones iniciales, que no por muchas de las actuales– y ha resultado ser todo un éxito. Ha transcurrido ya más de medio siglo desde que fuera concebido, pero sigue vendiéndose a un ritmo que nadie podía imaginar, y mucho menos cuando Eugene Stoner lo diseñó.
Texto: Octavio Díez Cámara / Fotos: Autor, salvo indicadas
* Este artículo incluye 23 imágenes con sus correspondientes comentarios en la edición impresa del número 325.
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Sus “versiones” alemanas, las fabricadas por Heckler & Köch (HK), están consiguiendo algunos contratos importantes en diversos puntos del planeta, e incluso unos pocos ejemplares de los HK417 –adaptados al más potente .308 Win (7,62×51mm) y planteados como armas de precisión– pronto llegarán a algunas de las unidades policiales españolas más conocidas.

Los franceses compraron no hace mucho un importante lote para dotar a sus unidades de operaciones especiales, lo mismo que los italianos que ya los han probado en combate en sus misiones en Iraq o Afganistán. Pese a que aún hay algunos que critican este concepto, la realidad es que las propuestas que ahora se ofrecen poco o nada tienen que ver con las que se vendían en los años setenta u ochenta. Han recibido determinados “refinamientos técnicos” –sistema de pistón frente a la toma de gases clásica, raíles con capacidad múltiple, culatas de lo más ergonómico, etc.– que han mejorado su versatilidad, ampliado su potencial y capacidades, y lo que aún es más importante, soslayado algunos problemas surgidos en distintas contiendas en lo que se refiere a su fiabilidad en situaciones críticas. Con los cambios más recientes, buena parte de ellos introducidos en los últimos años para dar respuesta a las necesidades de los profesionales militares y policiales, el tándem AR-15/M16 –el primero semiautomático y destinado más al entorno deportivo y el segundo el mismo fusil pero con la posibilidad de disparar a ráfagas libres o controladas– se ha situado en la cabeza del “top ten” de fusiles de asalto.

¡Por algo será! Seguramente, quienes no hayan tenido ocasión de probarlo en profundidad no sean conscientes de sus ventajas. Además de ser liviano, lo que se agradece cuando hay que portarlo durante mucho tiempo, y fácil de entretener y manejar, lo que resulta aún más positivo es la facilidad para, partiendo de la misma arma, configurar versiones específicas, pues hay tantos tipos de cañones, versiones de calibres, opciones de culatas, variantes de sistemas de puntería y complementos que sería casi infinito definir el número de opciones que pueden concretarse. Es más, entre los aficionados estadounidenses, donde este modelo goza de la máxima aceptación, han surgido “colectivos” y “foros” que propugnan cambios y modificaciones que hacen que sus fusiles se conviertan en poco menos que “obras de arte”, no por su belleza ni acabado exterior, sino por sus prestaciones y capacidades.

Las ventas se disparan

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Para todos aquellos lectores que no tengan contacto directo con la realidad estadounidense, les comentaremos que la “Obamania” –“fiebre” mediática y social aparejada a la llegada del nuevo presidente a la Casa Blanca– ha incidido en otra fiebre, la “riflemania”. Ya en la campaña electoral, y desde distintos estamentos, los dos partidos enfrentados allí –demócratas y republicanos– expusieron sus programas respecto a las armas, su venta y tenencia. Frente a los que propugnan la máxima libertad, auspiciada por el texto constitucional que rige los designios yanquis, algunos vieron en el presidente Obama, y más en algunos de los que le acompañan ahora en su Gobierno, a un “núcleo duro” que, aparentemente, iba a cambiar la situación vigente, y ello a costa de restar libertades a quienes, legalmente fabrican, adquieren, o venden armas.

Salvando las diferencias de aquel país con la “vieja Europa”, donde exceptuando casos concretos las legislaciones son más restrictivas y se lleva un control exhaustivo de personas (por si no lo saben, en Estados Unidos no existe documento tipo DNI) y de las armas de fuego que puedan legalmente poseer para la caza, el tiro u otras prácticas deportivas, lo que ha sucedido es que muchos ciudadanos de los EE.UU. se han lanzado, de forma aparentemente desbocada, pero no exenta de realismo, a la adquisición “masiva” de todo tipo de armas y sus complementos. Es más, en los últimos meses de 2008 y en lo que llevamos de 2009 las ventas han crecido, lo que no se corresponde en nada con la situación de crisis que ahora vivimos. Fue ese uno de los motivos que nos llevó a titular “¡Crisis! ¿What crisis?” al artículo que hicimos tras nuestra visita al último “Shot Show”, en nuem16-26-r-25-remington

Orlando. Las ventas han sido tales que muchos fabricantes y distribuidores se han quedado sin mercancia en sus almacenes y sus líneas fabriles se han visto desbordadas. No dan abasto y los pedidos siguen llegando de forma casi incesante. Algunos productores de cañones, cargadores, culatas… anuncian en sus páginas Web fechas de entrega posibles que se van a dilatar varios meses y otros optan por no concretarla, pues es predecible que no puedan satisfacer, ni en un tanto por ciento pequeño, la demanda que se ha generado.

Un importante segmento de la misma se refiere al AR-15/M16, arma que por su carácter y posibilidades técnico-operativas goza de una difusión amplísima en América y también es muy apreciada en otros puntos del planeta. Es especialmente difícil conseguir complementos con los que hasta hace poco no había ningún problema y otros han visto su precio incrementado entre un 20 y un 40%. Ya se sabe, la ley de la oferta y la demanda. Incluso accesorios clásicos, como los cargadores, han visto como sus ventas subían de forma exponencial ante el temor de que se vean limitados en su capacidad para albergar las municiones que les son características. En todo ese contexto, reforzado por el hecho de que las Fuerzas Armadas Estadounidenses siguen apostando por el M16 como arma principal de sus integrantes y por la cada vez más creciente compra de partidas de este fusil por estamentos policiales, la situación actual es compleja y difícil. Muchos miran al mítico AR-15/M16, otros muchos aspiran a conseguirlo y pocos lo tienen fácil, incluso aquellos a los que su capacidad adquisitiva no les impone límites de compra.

Nuevas opciones

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Sea como fuere, esa realidad está marcando una tendencia a la que algunas firmas han sabido dar respuesta, y es ahí donde entramos nosotros. Queríamos presentarles varios de los modelos que han ido surgiendo en los últimos tiempos y que, de una forma u otra, nos parecen merecedores de su interés, ya sea por sus cualidades mecánicas, sus posibilidades o pequeños detalles diferenciadores de los más clásicos. A la cabeza de lo que ahora está en boga en el mercado deportivo y civil –a otras opciones más profesionales ya nos hemos referido en artículos recientes, como el publicado en el nº 320 de febrero de 2009 sobre los últimos modelos de la mítica Colt–, podemos situar propuestas como las de Remington, fabricante que, como otros “grandes”, se ha decidido a ampliar su gama con diseños que siguen la línea de los modelos que les presentamos en estas páginas.

Han incluido en su catálogo los R-25, que en su versión del .243 Winchester les mostramos en el nº 323 de esta revista, y R-15. De estos últimos han presentado tres opciones nuevas, de forma que ahora ya son seis las diferentes configuraciones que se ofrecen. Los ofertaban en el .223 Remington (5,56×45mm) y .204 Ruger, cartuchos a los que ahora añaden el .30 Remington, una munición con balística muy próxima a la del .308 Winchester, con la ventaja de que tanto las presiones que genera como sus dimensiones son aptas para compatibilizarlo con el tamaño de los AR-15 clásicos, sin tener que optar por versiones en la que la parte inferior –el “lower receiver”– es de mayores dimensiones. De los R-25, novedad absoluta este año, presentan como opción especialmente interesante para nuestro mercado el del 7mm-08 Remington, munición que, por sus dimensiones y formas, se sitúa en un excelente punto de partida para los españoles, más que el .243 Winchester que es el que, de momento, ha llegado hasta estos lares.                                                                                                        

 Este último rifle acepta cargadores de la firma DPMS, los mismos con los que se puede alimentar a los nuevos “Panther” REPR y “Sportical”. Ambos, optimizados para aprovechar las posibilidades del .308 Win, optan por un detalle que puede parecer curioso pues, respectivamente, incluyen cañones de sólo 18 y 16 pulgadas. Se da la circunstancia de que estudios recientes sobre los mismos, los sitúan en un punto tan o más preciso que otros de 20” o más, haciendo que puedan ofrecerse modelos más compactos en los que las agrupaciones se mantienen dentro de las que los usuarios más exigentes pueden solicitar. La moda del .30 Remington, también la recogen ellos, con un “upper” –conjunto entero de cierre, cañón y guardamanos– que permite una rápida transformación partiendo desde una opción clásica del 5,56. Otro “grande” que está aprovechando este momento histórico, en el que las ventas son cuantiosas y con sustanciosos beneficios, es Smith & Wesson (S&W), compañía que se ha decantado por “curiosas” soluciones en su gama M&P15 (Military & Police), diseños que incluyen el M&P15R que está recamarado para emplear la munición del 5,45×39mm “soviético”. Se trata de un cartucho que en USA puede adquirirse en grandes cantidades y de forma económica, a mitad de precio que el .223 Remington; los de origen búlgaro o ruso se ofrecen a un precio envidiable: 1.000 cartuchos por unos cien euros. ¡Quien los pillara aquí!

Soluciones propias

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También ofrecen soluciones propias, como la serie VTAC que incluye un guardamanos circular con unas hendiduras pensadas para poder acoplar sistemas que incluyan fijaciones tipo “Picatinny”, haciendo que la sujeción del arma sea mejor y más cómoda que en otros conceptos más difundidos. Todo ello sin olvidar los que creemos van a tener más éxito internacional, el M&P15-22 y los Colt fabricados por Umarex en Alemania, ambos adaptados al .22 Long Rifle, cartucho que está disponible en todo el mundo y a un más que interesante precio, lo que los convierte en excelentes opciones para el tiro informal. Mucho más sofisticados son aquellos diseños que incorporan el concepto “monolithic rail platform”, solución en la que el guardamanos forma parte integral del “upper”, lo que hace que se consiga un raíl superior especialmente largo y plano, para poder situar determinados conjuntos ópticos que se adaptan menor a esa solución, como los que incluyen también módulos optrónicos de captación nocturna. Además, confiere mayor rigidez al arma. Entre otros fabricantes, hay opciones bien resueltas distribuidas por POF USA, una firma surgida en los últimos años en Glendale (Arizona), o Lewis Machine Tool (LMT). Más pensados para el profesional militar son los diseños que disparan el .458 SOCOM –un derivado del .45-70 Goverment que propulsa proyectiles de 300 y 400 grains, pese a lo que consigue buenos alcances, trayectorias tensas y una gran letalidad a distancias largas. Por si ello fuese poco, esta munición, diseñada por Teppo Jutsu, puede dispararse con armas estándar, pues emplea los mismos cargadores. Interesantes son las propuestas de Rock River Arms, con ejemplares que lo disparan y son especialmente compactos –cañones de 7 y 9,3”–, lo que los hace idóneos para entornos urbanos, aunque la potencia de los disparos –que, personalmente, he podido validar– debe hacer que su rebufo y relevación no sean los mejores compañeros en ese tipo de escenarios. No obstante, como contrapunto, un solo impacto sobre el blanco deseado y ¡fuera de combate!, sin más argumentos.

Completaremos estas páginas con novedades que afectan a los complementos.

En cuanto a las culatas, señalar que entre las mejores se encuentran las que propone Magpul, con variantes compactas y otras pensadas para facilitar la mejor simbiosis entre el arma y tirador, dirigidas, estas últimas, sobre todo a aquellos que buscan la máxima precisión. Otras culatas novedosas, del mismo fabricante, son las de la serie CTR, que están disponibles en varios colores –verde, negro o arena–, o las UBR, estas últimas retractiles pero con unas cualidades que hacen que mantengan una solidez casi idéntica a las convencionales fijas. Por gama de accesorios, personalmente encuentro que entre lo mejor está lo que ofrece la firma Atlantic Research Marketing Systems, internacionalmente más conocida por las siglas ARMS. Sus monturas, miras y guardamanos son excelentes, tanto por su manufactura como por su robustez y cualidades de diseño. Como punto negativo su precio, pero ya se sabe: la calidad nunca es barata. Para acabar, y como referencia de la amplitud de opciones relativas a este diseño, les comentaremos que pueden visitar la página web www.ar15builder.com de la firma Brownells, aunque mucho de lo que ofrecen no se exporta a nuestro país (las normas han cambiado y ahora se requiere autorización del Departamento de Estado para partes de armas o determinados complementos), o cuando se hace se convierte en un producto especialmente caro, por los trámites aduaneros, tasas y demás. Allí podrán ver que los accesorios son casi infinitos y qué suerte tienen aquellos, como los estadounidenses, pueden solicitar armas “casi a medida”, facilitando así la obtención de productos que les satisfacen más que los convencionales.

Fusil “quasi” mítico

En nuestro país siguen siendo muchos los aficionados que aún se siguen decantando por este modelo o que ya lo han hecho. Del nivel de apreciación, comentar que no es fácil que quienes lo posean se desprendan de ellos y que, llegado este caso, el precio que se pide por ellos es siempre elevado, sobre todo el de los ejemplares producidos por la compañía Colt de los que sólo hay un pequeña cantidad llegados a nuestro país hace ya bastantes años y de los que “no habrá más”. Precios en torno a los mil quinientos o dos mil euros no son difíciles de encontrar. En el segmento de las ofertas, aún llegan algunos, de otros fabricantes y orígenes, de la versión “carbine” del .222 Remington o del 9×19mm Parabellum, aunque con precios que para los “made in Germany” se sitúan en los dos mil quinientos euros. Sí tenemos constancia de que ya han comenzado a venderse conversiones que permiten disparar el ahora de moda 6,8 Remington SPC (Special Purpose Cartridge) que Barrett está promocionando. El mismo parte de una vaina del .30 Remington y usa proyectiles de 115 grains, con lo que consigue muchos mejores efectos que el tradicional cartucho 5,56×45mm. Lo está distribuyendo Armería Casa Puntos y ya hay aficionados de varios puntos de España que están gozando con las prestaciones que ofrece. •

Ruger SR-556: Un nuevo AR-15
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El pasado 15 de mayo se conoció una noticia que se había guardado celosamente: la firma estadounidense Ruger Firearms, una de las que más peso tiene en el sector internacional de las armas de fuego ligeras, se une al club de compañías que producen derivados de la gama AR-15/M16. Ruger ha puesto a punto un innovador diseño al que llama SR-556, opción que, con un precio en origen sobre dos mil dólares –no es nada económico allí– reúne detalles interesantes en lo que a ergonomía y funcionalidad se refiere. Destacar su sistema de mecanismos con un doble pistón, de forma que no llegan residuos a la recámara que puedan influir nrgativamente en su funcionamiento. Por si ello no fuese suficiente, incluye un regulador de los gases que se transfieren al mismo –con cuatro posiciones–, lo que permite la mejor adaptación a los distintos tipos de munición y a las condiciones ambientales, minimizando el retroceso y maximizando la fiabilidad y la duración del arma. Detalles propios son su cañón pesado de 16 1/8 pulgadas que, forjado en frío y con su ánima cromada, consigue una notable precisión.

Buscando satisfacer al máximo al colectivo de este tipo de armas, que en los Estados Unidos se ofrecen en su calibre original .223 Remington, se incluye un guardamanos de Troy Industries que permite fijar distintos accesorios y un sistema de puntería, con alza y punto de mira escamoteables, del mismo fabricante. La culata es telescópica, con seis posiciones en lo que a su regulación se refiere; el pistolete es ergonómico, de Hogue, del tipo “Monogrip”, y para “afinar” más su funcionalidad se suministra con tres cargadores de treinta cartuchos PMAG fabricados por Magpul y con un nivel de eficiencia sobresaliente. Señalar que muchos de sus elementos internos han recibido un tratamiento de cromo y otros llevan un recubrimiento teflonado para evitar la lubricación excesiva. Las partes de aluminio han recibido un acabado anodizado duro para mantenerlo siempre con el mejor aspecto posible. El SR-556, que pesa sobre unos 3,6 kilogramos, nace para competir con los mejores de los de su tipo. Seguramente pronto conoceremos más variantes del mismo.